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Delivery Express y Seattle Mat nos regalaron una edición De Colección del GP Carlos Pellegrini en el JCN

El zaino de Cola Mora se quedó con una carrera cinematográfica, con una alta cuota de coraje para aguantar a su calificado adversario, que justo ayer sacó a relucir su chapa de ejemplar de grupo 1. La vigencia de su entrenador, José “Cacho” Torres, en orillo y la garra de su piloto, Lucas Calluqueo le dieron a su propietario, Cacho Cordero, la tercera medalla de oro en el clásico meeting neuquino, sumándose a las dos de Grelo.

En la previa la cátedra y los analistas se repartían sus opiniones entre Richard Storm, Rasay, Delivery Express y De Colección, en el estudio la carrera no salía de ese cuarteto, alguno más osado aventuraba la heroica de Guito Moon o del rionegrino Chanted Prize; desde esta página advertimos en el análisis uno a uno que Seattle Mat era un caballo de una calidad superlativa, del que no habíamos visto en otras ediciones de la clásica topada millera.

Ni bien el starter dio la orden de salida el tordillo de los Di Paula asumió el comando tal como era de esperar, con los de la capital rionegrina marcando su paso muy de cerca, al tiempo que Seattle Mat largaba algo frío; transcurridos los primeros metros y al pasar frente al disco, Polyano comandaba el lote y el resto se encolumnaba en busca de desandar el primer codo del circuito neuquino. Al pisar el palo de los “Mil” Richard Storm comenzaba a ponerse el traje de favorito y pasaba a comandar con aires de encomendarse al disco, mientras el “Pipi”, agazapado dentro del ovalo, se entusiasmaba con la acción de su Joelo. Al tiempo que por fuera llamaba la atención la acción de Seattle Mat, que iba pasando rivales como si se trata de film famoso y sus adversarios oficiaran de meros actores de reparto; pero por los “8” se encontró con el entrenado por el “maestro” Torres y fue entonces cuando, ambos, comenzaron a edificar un espectáculo de esos en los que caballo y jockey logran detener el tiempo, nos trasladan a una realidad paralela (de la que regresamos cuando cruzan el disco) en la los corazones saltan y bailan al ritmo del paso de los sangre pura de carrera.

Por los 500 finales la carrera ya era un mano a mano, Richard Storm renunciaba, Delivery Express por dentro, con Lucas Calluqueo en las riendas, y Seattle Mat a su flanco derecho, con el inoxidable José Daniel Carinao, jugaban sus cartas a punta de calidad innata, coraje y vergüenza deportiva, esa que te obliga a no perder. Los gritos y los puños al viento se multiplicaban, los dos titanes no se sacaban ventaja y era salto a salto, cabeza a cabeza, se consumían los metros finales que los separaban de la sentencia, caballo y jockey dando su mejor y más grande esfuerzo y el disco… ese disco que te hace pasar a la historia o te deja en el umbral; el disco vio al Manipulator del Cola Mora adelantar por media cabeza al eximio millero criado por el Haras Firmamento. En el tercer escalón del podio, y a varios cuerpos de la definición, De Colección no pudo ser el de sus mejores tardes y no logró llegar a ser protagonista. El tiempo, para la milla, con dos codos, fue de birllantes 1´36” 25/100, lo que nos deja en claro el nivel de la edición número 29 de “Pelle”.

En el equipo del ganador un gran trabajo de, para mí, uno de los dos mejores entrenadores que vieron estos ojos, secundado en la última década por el “Pelado” Ripani y, desde hace un par de años, con Lucas Calluqueo en la montura de sus ejemplares. En el equipo del segundo, destacadísima labor de “Jano” Romero, que llegó al Hipódromo de la capital neuquina hace apenas ocho meses, se adaptó a un exigente medio y en su primera incursión en la carrera más importante de la Patagonia estuvo a nada de entrar en los libros que atesoran las páginas de gloria de nuestro deporte. En la misión contó con el “ayudín” de Pablito y “Yaguareté”, Martín Zubiri montando diariamente, del “Pata” en los herrajes, del Dr. Juan Ramacciotti en la puesta a punto médica del crack, intervención decisiva que le devolvió la chance de mostrar su poder locomotivo al de Luis, David y Fabio, y el capo laboro de otro de los grandes jockey regionales que se destacaron en los máximos, José Daniel Carinao. El turf es un trabajo en equipo, y así lo demuestra una vez más este final de bandera verde que llenó de vida a la creciente industria del turf.

La organización estuvo a cargo de Marcelo Pieroni, contó con la colaboración invaluable de “Pelusa” Johansen, y el trabajo de toda la comisión encabezaba por su presidente Tomas Martínez.

Cientos de almas se abrazaban con el que tenían cerca, el turf regional estaba de fiesta, la magia del turf lo había hecho de nuevo.

 

 

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